Las dificultades a la hora de catalogar esta pieza son innegables sobre todo desde el punto de vista artístico formal.
Los factores y contexto en que fue hallada dificultan su datación, si bien habremos de considerarla de plena época imperial romana. Realizada en la piedra, con las técnicas con que los canteros del área labraron durante los primeros siglos de nuestra era, su tosquedad se ha de atribuir a la expresión del arte popular más que a elaboraciones artísticas.
En cuanto a la iconografía se refiere, el análisis de la escultura muestra dos elementos claros, el espejo y el vaso, que vinculan la representación al mundo funerario. El tipo de representaciones, sobre todo funerarias, en que aparecen estos dos atributos es extenso tanto en su amplitud geográfica, sobre todo en el Imperio, como en cuanto a sus antecedentes clásicos: Moscati hace referencia a las representaciones de este tipo del santuario de Perséfone, actualmente en el Museo Nacional de Reggio Calabria y datados en el s. I V a. C. Este autor, refiriéndose a piezas de un parecido contenido iconográfico y formal hace referencia a los influjos exteriores «naturalmente transferidos a un ambiente provincial y que reinterpreta con menor cuidado formal y menor interés el valor simbólico y mágico de la escena y significado de la figura.
Efectivamente, la representación de damas con espejo y arybalos es frecuente ya en la pintura de los vasos áticos, en especial en los lekythoi blancos con representaciones funerarias.
Las representaciones en los vasos itálicos va a seguir la misma tónica, de neta inspiración ática y siempre vinculado al simbolismo funerario.
Autores: PEDRO A. LILLO CARPIO JOSE A. MELGARES GUERRERO (Programa de fiestas de 1985)